Durante todo Marzo entre tanto dolor y destrucción no encontré las palabras exactas para dirigirme a Uds., a más de un mes de lo acontecido he aquí nuevamente a través de estas líneas.

Nadie podía suponer que el fin de las vacaciones terminaría tan trágicamente para cientos de personas de nuestro país. Cuando nos aprontábamos a disfrutar del último fin de semana, previo al inicio de un año laboral, se vino una de las peores catástrofes de que tengamos memoria y que dañó sin piedad  nuestro entorno natural y material.
Como si el perjuicio a las vidas y bienes fuera poco, una de las necesidades básicas del hombre que es el comunicarse, quedó convertido en un lujo que muy pocos pudieron disfrutar, aumentando la angustia de las familias que por semanas ignoraron la situación de su gente dispersa en las zonas afectadas. Los sistemas de comunicación públicos y privados colapsaron y  las causas fueron comentadas reiteradamente en los medios de comunicación.

Estos mismos medios de prensa que -ávidos de informaciones- por algunos días centraron su atención en un grupo de personas que por pasatiempo están acostumbradas a sacar las comunicaciones adelante y que sin embargo nunca  fue tomado en cuenta argumentando mezquinas razones  a través de los años.

Cada club en general o radioaficionado en particular podrá analizar en forma interna cuál fue su participación desde el momento en que se manifestó la emergencia y qué falló cuando no pudo hacerlo, también habrá oportunidades para juntarnos a conversar estas experiencias, lo importante es que saquemos lecciones de nuestras falencias y fortalezas, pues, aunque hubo una gran actividad de colegas e instituciones, también hubo fallas o ausencias notables, además, por deficiencias en  verticalidades de mando hubo casos en que como el Presidente no estaba el resto de directores y socios quedó inhabilitado, por ejemplo.

Ahora viene una etapa en que el mundo está pendiente de nosotros, no sabemos por cuánto tiempo antes que  nos olviden nuevamente, por tanto veamos qué debemos mejorar en nuestras organizaciones y si éstas están estructuradas de acuerdo a los tiempos, debemos ampliar nuestro criterio y buscar fórmulas de trabajo en conjunto sin que nadie pierda su identidad en el intento.

El terremoto y posterior maremoto ha cambiado  la vida de muchos chilenos, algunos que salieron indemnes han reflexionado posiblemente y concluido algo que era de perogrullo, que la vida se va en un instante y cuando menos lo esperamos,  y que la verdad, ya es tiempo que dejemos de complicarnos con pequeñeces y nos ocupemos de los verdaderos valores no escritos y que por ende son los mismos que rigen la radioafición, honestidad, lealtad, solidaridad, sencillez, modestia ,franqueza, etc., que de tan sabidos los hemos olvidado quizás.

Un abrazo  con todo mi afecto para aquellos  radioaficionados que perdieron todo y por poco también la vida, especialmente a quienes a pesar de ellos siguieron transmitiendo con lo escaso que pudieron salvar, permitiendo que otros vivieran gracias a ellos, tengan fuerza, sigan adelante aunque el camino se vea oscuro, por ahora pasó lo peor, no maten también la esperanza que los ayudará a ver la luz.

Felicitaciones a todos quienes organizadamente en las redes establecidas lograron echar a andar el sistema de emergencia y constatar que cuando hay entrenamiento previo…se nota…

A quienes en forma espontánea colaboraron probablemente en algunos casos con su silencio cuando no había algo más importante  que decir.
A todos quienes colaboraron de una u otra forma muchas gracias, pero no hay que dormirse…

CE4HBN

Federachi
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